viernes, 25 de septiembre de 2009

Insomnio

La muerte suele ser un tema misterioso para algunas personas. En realidad ese desconocimiento de lo que implica la muerte, ¿Cómo es?, ¿a donde vamos?, nos mantiene en esa constante incertidumbre de por que este suceso ocurre. Manuel Ramos Otero nos presenta el tema de la muerte en su poema Insomnio. En éste, Ramos expresa ese temor que crea en el interrogantes de cómo será ese acontecimiento en su vida.
Reflexionando en el tema, creo que es común es nuestra sociedad ver como las personas reaccionan a este tema. Algunos temen que la muerte no sea como normalmente se ha proyectado: Un lugar de felicidad, descanso y paz, tal como lo describe Ramos Otero: “El único temor que abrigo es que la muerte sea un insomnio eterno en un país fatal”. Considero que el autor no sólo siente temor acerca de hacia donde ira después de su muerte, sino que siente una gran preocupación con respecto a como será ese evento. Hago énfasis en este punto porque Ramos, además de haber sido homosexual, murió de HIV; que tanto en su época como hoy día han sido personas marginadas por la sociedad. Creo que este es el mayor motivo por el cual él reflexiona profundamente en el tema.
En general como puertorriqueños tendemos a señalar a aquellos que no cumplen con lo normal en nuestra sociedad, por lo tanto la muerte de un homosexual, en este caso del autor, seria una muerte vista despectivamente por la sociedad. Por ejemplo: morir de sida para la sociedad no es lo mismo que morir de cáncer, de vejez, por un accidente, entre otras. Por tal razón, Ramos expresa en su poema: “Porque no todas las rosas son iguales aunque se llamen rosas, porque no todas las muertes son la misma, aunque, como dijo el poeta, lo más increíble de la muerte es que la gente desaparezca”.
Yo creo que cuando nos enfrentamos a una situación en la cual sabemos que pronto vamos a morir, tomamos la misma posición que el autor de reflexionar sobre nuestra vida, si seremos recordados o no y lo peor de todo, que dejaremos de existir.
También pienso que es lógico que proyectemos temor hacia lo desconocido porque quién nos puede explicar cómo es la muerte o cómo se siente; nadie y ese es precisamente el punto que nos hace actuar de ese modo.

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